Entrevistas a Viajeros – Carlos Carrasco

¿Cuál fue tu último viaje? Y ¿qué te motivó a hacerlo?
Mi último viaje, fue a Japón, dónde con mis 58 años, por fin pude cumplir el sueño que tenía desde los 15 años, cuando empecé con el arte del Karate do. En esos años, parecía algo imposible de lograr debido a lo caro que era, pero por suerte, aunque un poco más tarde, pude lograrlo. Con los años que tengo ahora, puedo decir que lo disfruté igual o más que si hubiese ido a los 15.
¿Qué tal la experiencia de viajar a Japón? ¿Es muy distinto el Karate allá?
La verdad es que si has tenido un buen instructor japonés o que haya vivido en Japón, no debería ser distinto. El Karate es el mismo. Los que tienen problemas son los que no conocen bien la disciplina japonesa, ya que es una disciplina que requiere ser extremadamente respetuoso. Lo más lindo que pude vivir allá, fue la relación que se genera con el corazón, por sobre las barreras del idioma u otras cosas. Los japoneses lo valoran por sobre todo. Allá es muy importante lo que sientes, o el feeling como llamaban ellos, es muy importante. Japón es un lugar maravilloso. Un lugar que yo creo que todas las personas deberían visitar alguna vez en la vida y comprobar por qué todos queremos regresar. Estuve 3 meses viviendo en una sociedad que se mueve en torno al respeto mutuo. Donde todo está organizado, ordenado, limpio y seguro. Está estructurado para que las personas vivan cómodamente. Como digo, es una experiencia que hay que vivir.

¿Qué le dirías a alguien que sueña con viajar o cumplir con un sueño que requiera viajar y que no se atreva o no esté seguro a si hacer el viaje o no? ¿Es la edad un problema?
En realidad no importa los años que uno tenga, el que quiere viajar, le recomiendo que siga su sueño. Que si quiere visitar un lugar determinado, por la razón que sea, que lo haga.
Una de las cosas que los japoneses tienen como premisa allá, es realizar en la vida lo que realmente los hace felices y en realidad eso es un gran mensaje, o una gran enseñanza que me dejó vivir en esa sociedad. Tienen mucha libertad para ello. En realidad ellos pueden hacer lo que les haga felices, sin preocuparse por juicios de los demás. En japón, las personas no enjuician al resto. A diferencia de nosotros que estamos mirando siempre hacia afuera, siempre enfocados en lo que hace el otro, ellos están siempre mirándose a sí mismos. Eso me lo explicó mi Sensei cuando le pregunté sobre algunas diferencias importantes que teníamos con los japoneses. Hay mucho respeto por las decisiones de los otros.
Así que recomiendo de todas maneras que al que quiera viajar que lo haga, y al que lo ha hecho que siga viajando ya que yo creo que al que le gusta viajar, nunca se aburre.
¿Qué significa para ti viajar?
Para mi viajar, da la oportunidad de vivir otras experiencias, que no se viven en el entorno común en el que uno se desarrolla. Yo creo que uno se fortalece, y a la vez ayuda a comprender lo que realmente es ser empático. Uno aprende a ser más humilde. Viajar es en realidad, disfrutar de la vida más allá de la conciencia que se tiene antes de hacerlo. Y nos permite crecer enormemente si nos enfocamos en las cosas correctas. Si uno aprende de las experiencias, es realmente algo que todos deberíamos realizar.

¿Qué fue lo más difícil de tu experiencia?
Entre las cosas que yo podría decir que son más difíciles en Japón, al menos para mi, fue tratar de no equivocarme en la forma de comportarme, ya que allá, cuando eres aceptado en un cerrado círculo, por lo menos lo que vi en el Karate, se da por hecho que tú sabes todos los comportamientos de etiqueta, los cuales, son muchos. Y aunque uno se auto exija demasiado, por el hecho de ser occidentales, a veces somos más relajados en eso. Igual por mi disciplina, siempre he tratado de estar al nivel, pero igual al llegar allá me di cuenta que el nivel era mucho mayor. Ellos realmente llevan a un nivel muy alto todo lo que tiene que ver con protocolo, comportamiento y etiqueta. Eso nos complica en momentos, al menos a los que no queremos equivocarnos y que tratamos de hacer las cosas lo mejor posible. Mi Sensei René Vildósola siempre ha tratado de enseñarme lo mejor posible y fue también un gran apoyo en Japón, y le pido disculpas si me he equivocado en algunas cosas. Así que para mi fue realmente una experiencia maravillosa y que por supuesto me gustaría repetir.