Accidente en praga

El accidente en Praga

Habíamos llegado a Praga, República checa esa mañana muy temprano, a eso de las 5:30 am, tomamos el metro y nos fuimos con las maletas hasta el alojamiento económico a las afueras de la ciudad, que habíamos reservado. Obviamente, por la hora, la habitación no estaba lista. Los dueños del lugar, una pareja Austriaca muy amorosa, nos regaló el desayuno (Probablemente el desayuno más contundente que he tenido en toda mi vida) y luego nos guardaron el equipaje, para que no perdiéramos tiempo y pudiésemos salir a recorrer la ciudad.

En ese momento, con la Gery estábamos viviendo un período de baja intensidad de nuestro amor. Las peleas pasaron a ser algo recurrentes, y con el fin de evitar más conflictos, la relación se empezó a volver poco a poco en algo un tanto desgastada y poco valorada.

Tomamos el metro, y nos bajamos en una de las paradas cercanas al centro de la ciudad, caminamos un poco, y empezamos a subir por una pequeña colina hacia un cerro dónde había que ver uno de los tantos atractivos que tiene esa ciudad. Al caminar un rato, empezamos a sentir una música muy fuerte, una electrónica que sonaba absurdamente fuerte a lo lejos. Nos hicimos los tontos por alrededor de 20 minutos, pero luego de eso nos entró la curiosidad. Ya estábamos ahí, teníamos que ir a descubrir lo que era. Caminamos un rato, y finalmente nos encontramos con una especie de feria, llena de distintos stands en que vendían distintas cosas, como comidas, poleras, entre otras. Compramos un sticker, que un amigo me había encargado, y en ese mismo stand había un tejano que hablaba español, por lo que empezamos a conversar con él. Nos contó de su vida, nos explicó que el lugar se trataba de el punto de llegada de una manifestación pro marihuana y que en algunos minutos, se llenaría de gente.

Mientras conversábamos, recibió una llamada en que le pedían que fuera a buscar unas cosas al estacionamiento, por lo que nos preguntó si queríamos acompañarlo, para seguir con la conversación.

Nosotros aceptamos, y partimos camino al estacionamiento. Íbamos caminando los tres, primero iba el tejano, luego iba yo pocos metros atrás, y atrás mio iba gery. En eso que caminábamos, un viento, que nunca he visto en otra parte, sumamente fuerte empieza a levantar polvo, por lo que me doy vuelta para ver dónde estaba gery y veo como ella, a unos 4 metro mio, da vuelta la cabeza por el polvo, y detrás de ella se levanta una de las carpas, vuela unos 7 u 8 metros y le pega directo en la nuca, con una fuerza que la mandó de cara al piso y sigue avanzando atropellando a otras personas.

En ese segundo, cuando vi eso, pensé que la había matado. Me fui corriendo hasta ella, (esos 4 mts fueron los más largos de mi vida) y le pedí que me hablara, que me dijera algo.

Levantó la cabeza y me dijo que estaba bien. Escuchar su voz, ha sido uno de los alivios más grandes que he tenido en mi vida.

Le toco la cabeza, y me di cuenta que estaba llena de sangre. Le dije que estuviera tranquila y que no se moviera, y en ese mismo momento, entró una ambulancia…

El tipo de la ambulancia la miró, le limpió la herida, y me dijo que había que llevarla al hospital. Todo esto, prácticamente en señas. En eso, llegó con una jeringa para inyectarle suero. Gery me pide que le intente decir que ella se desmaya con las agujas, pero él insistía que debía hacerlo. No miento cuando digo que el tipo sufría de parkinson. Nunca vi una persona tiritar tanto antes de poner una inyección. La subieron a una ambulancia, mientras yo intentaba armonizar el ambiente a pesar de la tensión.

En eso, llega otra ambulancia, y el tipo que estaba a cargo se va, como si hubiese llegado el jefe. Un tipo arrogante, que se creía Dios, que no tenía ningún interés en intentar conversar. Revisó a Gery y me dijo que había que ir al hospital. Yo asumía que iba a ir en la ambulancia con ella, pero el tipo me dejó en claro, con una manera bastante poco cordial que eso no iba a ser así. Le pregunté sobre cómo podía pagarlo, que tenía seguro, y el tipo no me respondió.

En ese punto, a este personaje ya lo odiaba, pero necesitaba saber dónde la llevarían, así que la pregunté, y el tipo me cerró la puerta en la cara. Quería matarlo, estaba depositando la salud de mi novia en un tipo que realmente quería matarlo. Fui hasta el otro enfermero para pedirle que intercediera, que necesitaba saber adónde la llevarían y este accedió. En eso, justo el imbécil se dio cuenta que gery no hablaba inglés, y que necesitaba los datos de su pasaporte, los cuales andaba trayendo yo, por lo que se vio obligado a abrirme la puerta. Entré, y el tipo seguía con una disposición odiosa, al punto que le dije a Gery que nos fuéramos en taxi al hospital, que no iba a dejar que se fuera con ese tarado. Obviamente eso lo hizo enojar mucho y me exigió que me bajara de la ambulancia.

En esos términos, la verdad es que lo único que quería era que me diera una razón para dejarlo como paciente y que lo llevaran también en ambulancia al hospital, así que le dije que no, que no me iba a bajar. Me dijo que iba a llamar a la policía, y le dije que lo hiciera, que no me importaba. En este punto, sólo quería amargarle la vida, quería que viviera un momento tan desagradable como el que estaba viviendo yo. Le dije a gery calmadamente que cuando llegara la policía y me bajara, iba a tomar un taxi y que nos encontraríamos en el hospital.

En eso llegó la policía, y eran físicamente como unos skinhead de la película American X. Obviamente en esas condiciones no había más que bajar, pero mientras lo hacía, exageradamente lento, grité varios insultos en español para alterarlo, entre ellos dije “hijo de puta”. Cuando me bajo, el tipo cierra la puerta, la ambulancia parte rumbo al hospital y el policía me agarra se pone en frente mio, junto a 2 que estaban detrás de él, y me dice “a quién le vienes a decir hijo de puta, crees que no entiendo español?”

En ese momento, me vi masacrado por esos tres policías, después preso, imposibilitado de salir y con Gery en el hospital.

Ahora en una postura totalmente distinta a la que me había bajado de la ambulancia, ya que al tipo que quería matar ya se había ido, y dónde no tenía nada que hacer en esa posición. Estaba aterrado. Le dije: “No no, se lo decía al tipo de la ambulancia”, el tipo me mira, me doi cuenta que ahora el lugar estaba lleno de gente mirando el espectáculo, el tipo me tira con fuerza y me dice que me vaya.

El alivio que sentí en ese momento fue inolvidable. Agarré mis cosas, y me fui a tomar un taxi.

Al tomar el taxi, le pido al tipo que me lleve al hospital y me da una tarifa absurda, pero tenía que llegar, no me podía poner a regatear el precio abusivo que me estaba cobrando. Le dije que encontraba una mierda que fuera una persona así, que sabía que me estaba estafando, pero que me llevara al hospital.

Finalmente llegué, revisaron a Gery, le pusieron puntos y no pasó a mayores. Ya cuando salimos del hospital, caminábamos por un parque y me puse a llorar. Nuevamente la vida me había mostrado lo frágil que era todo, lo fácil que las cosas pueden cambiar. La situación obviamente me hizo entender lo absurdo y poco importante que habían sido las peleas y conflictos que estábamos teniendo, y me dejó ver con claridad, libre de emocionalidad básica y absurda, el amor que sentía y lo que debía hacer en adelante. Me regaló una segunda oportunidad para amar de verdad, entendiendo lo frágil que es todo, y lo importante que es valorar la vida que tenemos y la gente que nos acompaña en este camino. Otra vez, una lección de vida que a pesar de los años, recordarla me hace entrar en razón.

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